LACRIMOSA

LACRIMOSA Es fácil mandar entre inertes. Hay desvanecimiento. Hay poco tiempo para entregar el himno: ––¡Profesor! Le doy 24 horas ––me ordenó el presidente––. En el salón esos muchachos estaban pálidos con sus ropas raídas, sin cepillarse, malolientes. ––¡Vamos! Hoy es un nuevo amanecer ––dije entrando al salón––. Os enseñaré a tocar cosas nuevas, muchachos. Mi opción fue tocar un popurrí: Wagner, Mozart y Beethoven. Lo logramos en una hora. Hicimos una grabación. La mandamos vía email a la dependencia presidencial. Pronto respondieron: ––Pero, qué les pasa a los muchachos ––dijo la secretaria cuando llamó. ¿acaso piensa usted, director, que con esta música de muertos tendremos el nuevo himno de MORGAN? Pues, no y no. Mueva sus muchachos. El presidente preguntó que si eran todos mongólicos. Quería un himno igual para todos. ¡Sigan trabajando! Son 13 los compañeros de la muerte y 13 son las leyes de M. La iglesia decretó que todos lleven la misma firma al nacer y mo...