FEBRERO NEGRO
FEBRERO NEGRO I Don Antonio Morán había llegado desde Colombia una mañana cargada de un sol vaporoso. Trajo consigo una maleta repleta de enseres y dulces para sus nietos dar; estuvo pensando reunir a toda la familia para darles la noticia de su nuevo ascenso en la embajada. Sin embargo, quiso ir primero a la hacienda, se dirigió al garaje, sacó las llaves del jeep, se montó y lo encenció. Su esposa se quedó en casa organizando la comida como los preparativos preliminares para congregar la parentela de renombre en el pueblo por haber llevado el primer carro a la comunidad en el año mil novecientos trenta y cinco. La señora de la casa sintió emociones encontradizas porque entendió bien que su marido iría en busca de destinos diplomáticos favorables a la familia. Cuando don Antonio se apeó del jeep, divisó ciertos sujetos dentro de la hacienda que se encontraban quemando unos robles que él mismo había dejado meses antes para hacer a sus nietos una casa pequeña en la